Cien Días vistos por Cinep/PPP
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Por: Alejandra Cañón Salinas y Martha Lucía Márquez Restrepo
Estos primeros seis meses del gobierno de Gustavo Petro, permiten evidenciar un cambio en las relaciones con Estados Unidos, frente a las que mantenía su predecesor, Iván Duque. Se trata de una transición que va desde el acoplamiento hacia la oposición limitada, lo que implica un cierto distanciamiento frente a Washington, una cooperación selectiva con Estados Unidos, esto quiere decir, mayor autonomía de la política exterior colombiana (Russell y Tokatlian, 2009, pp. 231-232). Tal cambio de posición se evidencia en la propuesta de Paz Total y su implicación en la forma de abordar el problema de las drogas; en la reanudación de las relaciones con Venezuela, la retoma de los organismos de integración latinoamericana y la negativa a enviar las armas rusas a Ucrania (Política Internacional, 2022).
¿Por qué una transición?
El cambio en la política exterior colombiana no es casualidad; diversos factores en el escenario internacional y regional han propiciado giros en las relaciones con Estados Unidos y, en general, en la inserción del país en el sistema internacional. En primer lugar, el declive de la hegemonía estadounidense, manifiesto en el ascenso económico de China y de otros polos de poder como Rusia, esto se manifiesta en el crecimiento de las inversiones de esos países en América Latina desde hace dos décadas (Sader, 2021). Esto ha disminuido la dependencia hacia el país del norte y ha permitido que Colombia pueda proponer agendas con ciertas distancias de la norteamericana, como lo hizo el gobierno de Juan Manuel Santos.
En segundo lugar, la nueva ola de nuevo progresismo en el poder en América Latina (Gabriel Boric, Luis Inacio Lulla), ha traído consigo agendas relacionadas con medioambiente, género y desarrollo social. Esto contrasta con la agenda norteamericana que privilegia el control de la migración, la lucha contra las drogas, incluidas las drogas sintéticas, y ahora, la contención de Rusia (Borda y Silva, 2022).
La política de la Paz Total y la política antidrogas
La política de Paz tiene varios ejes, entre ellos: la implementación de los Acuerdos de Paz de la Habana, la negociación con el ELN, el acogimiento a la justicia, por parte de grupos criminales, la implementación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, todo lo cual implica acciones en la dimensión local, nacional e internacional. Esto es justamente lo que ocurre con la política antidrogas, relacionada directamente con la política de acogimiento a la justicia.
Ante el fracaso evidente de la política antidrogas prohibicionista, militarista y punitiva frente a los pequeños productores y las cadenas locales del narcotráfico, que ha sido impulsada por Estados Unidos desde que securitizó el fenómeno, el Pacto Histórico ha propuesto el abordaje de la cuestión, como un problema de salud pública. En este marco, el gobierno Petro se ha referido a la legalización del cannabis y la coca, la erradicación voluntaria de cultivos, en concordancia con el punto 4 del Acuerdo de Paz, en el que crea el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), con el objetivo de superar las condiciones de marginalidad de las familias campesinas, cuya subsistencia deriva de los cultivos de uso ilícito, para así promover la sustitución voluntaria de dichos cultivos (Presidencia de la República, 2017). Y el acogimiento a la justicia con beneficios penales para los eslabones más bajos de la cadena del narcotráfico. Así mismo, se establece la necesidad inmediata de entrar en dialogo con los grupos armados que controlan los territorios donde se encuentra la siembra de coca (IPH, 2022, pp. 10-11).
Esta contundente posición se expuso en el primer discurso de Gustavo Petro ante la ONU, ante el cual el presidente responsabilizó, por una parte, del consumo de drogas al modelo de desarrollo y consumo, impuesto por el Norte Global y por otro, a la lucha antidrogas y su participación en la destrucción de la Amazonía (Márquez, 2022). De esa manera, su propuesta ante ese problema se vinculó a la Justicia Ambiental. Por su parte, la anterior Viceministra de asuntos multilaterales, Laura Gil, en el debate general número 66 de las sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, manifestó el giro de la política antidrogas en el nuevo gobierno, destacando sus nuevas prioridades dirigidas hacia la salud pública, el desarrollo territorial, la protección al medio ambiente, la justicia social y la transformación cultural, los cuales se convierten en las bases para elaborar las estrategias, de cara a la construcción de la Paz Total, sin dejar de lado el enfoque punitivo hacia los grandes eslabones del narcotráfico (Gil, 2023).
Esta posición significa un viraje frente a la política antidrogas del gobierno de Iván Duque, que privilegió la prohibición, la criminalización del producto y la fumigación. El reto para el gobierno de Gustavo Petro será defender ante Estados Unidos esta posición, en particular cuando deba negar la extradición de narcotraficantes. El escenario es complejo con el gobierno de Biden, que está lejos de proponer la legalización del consumo de la cocaína, aunque luzca progresista frente al consumo de la marihuana, como lo reflejó la decisión que tomó en octubre de 2022, de perdonar a los convictos por la posesión de esta sustancia que estaban en cárceles federales. Pero lo sería mucho más, si en las próximas elecciones presidenciales llegan al poder los republicanos quienes tienen una posición más inflexible frente a la legalización de las drogas.
Relaciones con Venezuela
Mientras el gobierno de Donald Trump le apostó al cerco diplomático y a profundizar las sanciones económicas contra Venezuela, por considerar que ese país era una amenaza a la seguridad de la región, el gobierno de Joe Biden decidió, un mes después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, flexibilizar las sanciones, no solo porque no lograron el objetivo de ahogar al gobierno venezolano, sino porque afectaron desproporcionadamente a la población civil. Sin duda, también hubo algo de pragmatismo orientado a garantizar acceso al petróleo en un escenario de guerra
Los pasos cautos del gobierno de Joe Biden, que no implican la normalización de las relaciones con Venezuela, contrastan con el acercamiento a ese país que inició Gustavo Petro y que lo han llevado a reunirse cinco veces con su homólogo venezolano.
En los primeros 100 días de gobierno, Petro logró que se reabrieran los pasos fronterizos al transporte y a la circulación de ciudadanos, reestableció las relaciones diplomáticas y consulares, ratificó un acuerdo comercial de 2011 con algunas revisiones, logró el apoyo de Venezuela al reinicio de las negociaciones con el ELN y anunció que liderará una conferencia internacional para relanzar las negociaciones entre el gobierno y la oposición.
Los encuentros de los dos presidentes también han servido para crear confianza y restablecer la comunicación, así como para dialogar sobre la reactivación económica de la frontera, las medidas conjuntas en pro de garantizar la seguridad y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población fronteriza binacional (Petro y Maduro, 2023).
De este modo, Petro plantea una nueva estrategia con respecto a Venezuela, que rompe con el cerco diplomático y las acciones ejecutadas en el gobierno anterior. La posición de Duque frente al gobierno de Maduro fue incluso más radical que la administración Trump quien apoyó, a diferencia de Colombia, las negociaciones entre el gobierno y la oposición. De momento, Washington parece respetar la decisión de Colombia en acercase a su vecino, presumiblemente porque esto puede favorecer el diálogo y la transición en Venezuela, así como su retorno al sistema interamericano (Medina, 2022).
Integración regional
Tomando en cuenta que uno de los principios de la política exterior de Colombia es la cooperación sur–sur, la integración regional se convierte en uno de los ejes centrales para proyectarse y cumplir el objetivo de diversificar las relaciones colombianas más allá del hemisferio occidental (IPH, 2022, p. 4). Bajo estos principios, Gustavo Petro apunta a elaborar una serie de estrategias que superen el acto discursivo de integración, y que avancen hacia la creación y cooperación entre países latinoamericanos, promoviendo soluciones a retos comunes, tales como las drogas, la migración, la preservación del Amazonas, la lucha contra el cambio climático y la transición hacia energías limpias (Petro, 2023).
Las estrategias que se han impulsado desde el Ministerio de Relaciones Exteriores buscan fortalecer el multilateralismo en escenarios de regionalismo abierto, como la Comunidad Andina de Naciones, y en lo que se ha llamado espacios de regionalismo posthegemónico o posliberales, como la Unión Sudamericana de Naciones y la Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños (IPH, 2022, p. 5). Esto no implica relegar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, al que Petro le dio un espaldarazo en el primer encuentro con Maduro, cuando manifestó la necesidad de que ese país se reintegrara al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, pero si se compara esta posición frente a la del gobierno de Iván Duque, que junto con Luis Almagro lideraron en la región al cerco diplomático al gobierno de Maduro, la diferencia es notable.
Petro quiere impulsar el regionalismo, es decir, la construcción de América Latina como una región en foros que, más que integración económica, promueven la cooperación regional, en tanto que Duque impulsó espacios de integración económica, de corte liberal, como lo fue el fracasado proyecto de Prosur. Evidentemente, esto pasa por las relaciones con los Estados Unidos. En el primer caso, dichas relaciones responden más a la visión de Réspice similia; en el segundo, las relaciones reproducían la idea del réspice pollum (Márquez y Lara, 2021, p. 537).
Posición frente la guerra en Ucrania
La Paz total, como se ha señalado, tiene una dimensión internacional que también se manifiesta en el rechazo del gobierno del Pacto Histórico a toda acción bélica y en la condena a la violación a los derechos humanos. En este marco, el gobierno de Petro condenó las intervenciones militares, específicamente en Ucrania, y afirmó su interés de ser promotor de paz (Asamblea General ONU, 2022). Coherente con ello, se negó a enviar a Ucrania material militar ruso usado por el ejército colombiano y de difícil mantenimiento desde que comenzó la guerra, arguyendo que sería una medida contraria a la promoción de paz (El Tiempo, 2023).
Esta decisión no solo busca mantener una equidistancia estratégica frente a Estados Unidos y Rusia, sino un medio para marcar la autonomía de Colombia a nivel internacional (Mijares, 2023). Cabe destacar que esta medida se aparta del tradicional apoyo de los gobiernos colombianos a las empresas militares norteamericanas, ejemplo de lo cual fue la invasión de Irak.
Conclusiones
En estos primeros meses del gobierno del Pacto Histórico, se observa el cambio de una posición de acoplamiento con la política exterior de Estados Unidos, que tuvo el gobierno de Iván Duque, a una posición de mayor autonomía que puede nombrarse como de oposición limitada. Esto obedece en gran medida, a la dimensión internacional de la Paz Total que supone: una política alternativa frente al problema de las drogas, el apoyo de Venezuela para impulsar las negociaciones con el ELN y su cooperación para resolver problemas en la frontera, así como la integración regional para apalancar el desarrollo y superar la crisis social que se agravó con la pandemia.
Referencias
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Borda, Sandra y Silva, Gabriel. (2022). La izquierda en el poder ¿Y ahora qué? (S. Borda, G. Silva Trans.). Akorde podcast.
Duzán, María Jimena. (2023). El fin de una era: ¿qué está pasando con la democracia norteamericana y su papel predominante en el mundo? (M. Duzán Trans.). Spotify Studios.
El Tiempo. (2023, 26 de enero). Colombia se niega a enviar armas a Ucrania para guerra contra Rusia. Portafolio https://www.portafolio.co/economia/finanzas/gustavo-petro-el-presidente-se-nego-a-la-solicitud-de-estados-unidos-de-enviar-armas-a-ucrania-577496
Galeano, H. (2012). La política exterior colombiana: una institución estancada en la historia. Revista De Economía Del Caribe, (9) http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011-21062012000100007
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Gil, L. (2023, Mar 13,). Intervención de la viceministra Laura Gil en el debate general 66 periodo de sesiones de la comisión de estupefacientes de las Naciones Unidas. Ministerio De Relaciones Exteriores
Márquez, M. (2022, Sep. 23,). ¿Por qué fue tan emocionante el discurso de Petro en la ONU? Esta fue la estrategia. El Espectador https://www.elespectador.com/mundo/america/por-que-fue-tan-emocionante-el-discurso-de-petro-en-la-onu-esta-fue-la-estrategia-noticias-hoy/
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