Internacional

Del ‘giro a la izquierda’ al ‘regreso de las derechas’: reconfiguraciones del tablero político en América Latina

EDICIÓN 96 JUN-AGO 2019

¿Cómo entender el contexto latinoamericano hoy, teniendo en cuenta que la última década se había caracterizado por la presencia mayoritaria de gobiernos de izquierda? Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, presidentes de Argentina y Brasil respectivamente, pueden ser ejemplos de países que transitaron de un espectro a otro, lo cual llama la atención sobre cuáles fueron las razones que generaron o influyeron en estos procesos de “derechización”. Hoy en día se observa, por un lado, que las derechas han tenido un repunte y, por otro lado, que algunas izquierdas tradicionales se muestran en situaciones críticas, como es el caso de Nicaragua y otras que emergen desde un discurso más cercano a la socialdemocracia, como el caso mexicano. A continuación, se presentarán algunas reflexiones derivadas de conversaciones con académicas de la región respecto a este fenómeno.

¿Cómo está el tablero político regional hoy?

Así como una década atrás podíamos hablar del ‘giro a la izquierda’, a pesar de las diferencias entre los proyectos políticos, hoy podemos hablar de un ‘regreso de las derechas’; esto debido a que los nuevos gobiernos comparten apuestas como: la defensa del modelo neoliberal y políticas de flexibilización laboral, la reducción de impuestos para las élites bajo el supuesto de la atracción de inversiones, la reducción de subsidios, el achicamiento del Estado, entre otras. Ahora bien,

… la novedad reside en el contexto socioeconómico en el que emergen las derechas contemporáneas; estas derechas recibieron sociedades más igualitarias que hace dos décadas atrás y también recibieron un Estado más fuerte que fue capaz de otorgar un piso de derechos a los ciudadanos: salario mínimo, salud, seguridad social, vivienda, acceso a la educación. Faltó más y eso es evidente; sin embargo, no hay dudas de que esto ha funcionado como un ‘colchón’ para que los sectores populares puedan resistir la embestida neoliberal (Stoessel, 2019, s.p).

En este contexto a las nuevas derechas se les vuelve difícil portar un discurso contra el Estado, en tanto este adquirió legitimidad como un agente que puede llegar a reducir desigualdades y mejorar la vida de la gente. Por su parte, los gobiernos de izquierda en América Latina siguen teniendo vigencia; la proliferación de múltiples expresiones de la socialdemocracia y el socialismo han generado apuestas políticas diversas, que hoy siguen siendo visibles, ejemplos de esto son los casos de Cuba, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Nicaragua y, recientemente, México.

El regreso de las derechas

El ‘regreso de las derechas’ se ha consolidado sobre un discurso de seguridad ciudadana en un sentido extenso que recalca los escándalos de corrupción de los gobiernos de izquierda; en este escenario, grupos mediáticos, sectores empresariales, el poder judicial e iglesias evangélicas pentecostales colaboraron en la construcción de escenarios desestabilizadores. Desde el año 2017, la puesta en marcha del proyecto político neoliberal del gobierno de Lenin Moreno en Ecuador ha ido en contravía de la llamada ‘revolución ciudadana’ del expresidente Rafael Correa. El caso de Colombia no es muy diferente; la elección de Iván Duque en el año 2018 mantiene al país dentro de su tendencia histórica a la derecha y ha generado dificultades en la implementación de lo acordado en La Habana.

Los casos de Brasil y Argentina representan dos caras de una misma moneda: el paso de gobiernos de centro izquierda hacia la centro derecha y la extrema derecha. Por un lado, en Brasil se ha desarrollado un proceso que tiene como referente a sectores populares y movimientos de izquierda que impulsaron al Partido de los Trabajadores (PT), pero que poco a poco vieron opacadas sus demandas. Por su lado, en este contexto, la política progresista nunca intentó cambiar la matriz productiva, lo que generó incompatibilidades con las reivindicaciones de sus bases sociales y, a su vez, un desencantamiento generalizado.

Por otro lado, en el caso argentino la política de ampliación de derechos de corte nacional-popular, instaurada por los gobiernos Kirchneristas, no logró evitar el estrecho triunfo de la alianza “Cambiemos”. Lo anterior permite ver en acción a un gobierno promercado, cuyo desafío es reorientar las políticas públicas en virtud de su proyecto de centroderecha, mientras lidia con las demandas y las resistencias de una sociedad movilizada (Vommaro, 2017).  

La derechización en Brasil: la desesperanza y la carencia de imaginación política

Manifestación en Sao Paulo contra la corrupción y por la salida de la presidenta Dilma Rousseff. 2016.
Foto: Rovena Rosa/Agência Brasil

La derechización brasileña inicia luego del repliegue de las movilizaciones y expresiones populares del periodo 2012-2013:

Grosso modo, el disparador de dichas manifestaciones lo constituyeron las intensas protestas contra el aumento del precio del transporte público en las ciudades de Porto Alegre y São Paulo; sin embargo, esta movilización colectiva no encontró una resonancia significativa en el gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016) (…) sino que respaldó medidas represivas en contra de los manifestantes (…) En esta atmósfera entristecedora se fue cocinando la adhesión popular al discurso de Jair Bolsonaro, quien representa una forma de derecha muy particular; es decir machista, racista y cómplice de los poderes fácticos. Él es la derecha porque nos exhorta a vivir sin esperanza, sin imaginación política. (Grupo de Estudios Máquina Crítica, 2019, s.p).  

En este escenario han emergido nuevos puntos de subjetivación política es decir procesos de politización de las subjetividades permitiendo la articulación a cualquier sector social. Estas no generaron un bloque homogéneo, sino más bien una suerte de grupos sociales que coincidieron en demandas, lo más importante es que no se trata de grupos sociales delimitados que se asocian en un ‘bloque histórico’ para conducir a la derecha al poder.

Existe es una nueva demanda, transversal a todos los grupos sociales, que apunta a un retorno violento – y a toda costa – al orden (…) Una serie de sujetos va a terminar plegándose a ese nuevo punto de subjetivación, sin importar si se trata de mujeres, hombres, negros, blancos, evangélicos, afro-religiosos, jóvenes, viejos, trabajadores o burgueses” (Grupo de Estudios Máquina Crítica, 2019, s.p).

Argentina: de regreso a los noventa

Mauricio Macri actual presidente de Argentina. Miembro del partido Compromiso para el Cambio
Foto: Mariana Sapriza

 En 2015 por primera vez, desde el retorno a la democracia en 1983, llega a la presidencia, por medio de elecciones, un partido que se proclama explícitamente de derecha:

… Sin embargo, el proceso de derechización comenzó mucho antes en el país. La implantación del neoliberalismo durante los años noventa de la mano del Partido Peronista que, una vez instalado en el gobierno, viró su agenda programática y motorizó las medidas neoliberales impuesta por el (mal llamado) Consenso de Washington, terminó por instalar el programa de derechas y conservador que afectó la estabilidad y calidad de vida de las mayorías, lo que generó a fines del siglo pasado una de las más calamitosas crisis (Stoessel, julio 2019, s.p).

La consolidación de la alianza Cambiemos parte de la recuperación de dichos preceptos y los radicaliza, lo cual le permitió contar con el apoyo de una clase media urbana y agroindustrial rural,

…resurgen conceptos como el de meritocracia, emprendedurismo y libertad individual; los cuales apuntan a reforzar la matriz individualista propia del neoliberalismo. Asimismo, se observan enormes paralelismos con los años noventa: Argentina ha vuelto a someterse a los designios del Fondo Monetario Internacional” (Stoessel, 2019, s.p).

 Las izquierdas que perduran

Protestas en Nicaragua contra el gobierno de Daniel Ortega en mayo de 2018 Foto: Mexking

El llamado ‘giro a la izquierda’ de una buena parte de los gobiernos de América Latina fue objeto de múltiples debates políticos y académicos. Las experiencias de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Argentina y Venezuela son ejemplos de ese movimiento progresista que tiene sus inicios a comienzos de siglo, y que dilucida el cambio en la geopolítica latinoamericana. Hacia el año 2008, de los dieciocho países de América Latina, once eran gobernados por presidentes de centroizquierda (Stoessel, 2014); aspecto que da cuenta de transformaciones significativas, cuya finalidad era mejorar las condiciones económicas de los sectores más debilitados, a través de programas estatales.

Las expresiones de este denominado ‘giro a la izquierda’, o de este ‘socialismo del siglo XXI’ como también se le denominó, hacen referencia a cambios en la administración del Estado, y a transformaciones respecto a su relación con el mercado y a las respectivas economías nacionales. Sin embargo, los años 2015 y 2016 marcaron una coyuntura crítica en los procesos sociopolíticos en América Latina, la cual se venía ‘cocinando’ a partir de una serie de ajustes económicos y movilizaciones años atrás. La destitución a Dilma Rousseff y el posterior ascenso de Michel Temer en Brasil, así como el avance electoral del candidato de derecha Mauricio Macri en Argentina, fueron sucesos que generaron reacomodos en el tablero político, sin perder de vista la elección de Donald Trump en Estados Unidos.

Pese a esto, las izquierdas en América Latina aún tienen presencia. El caso de Nicaragua es un ejemplo de ello, un gobierno que desde la década de los noventa presenta rupturas y reconstituciones derivadas de cambios a nivel institucional y sociopolítico. La crisis actual es producto de un nuevo discurso oficial que rechaza a la protesta social y a la oposición. Por su parte, el caso mexicano da cuenta de un gobierno que ha manejado un discurso de izquierda y opuesto al modelo neoliberal, pero que impulsa proyectos junto con empresas transnacionales, lo que implica despojo en áreas con presencia de comunidades indígenas y campesinas, como son los casos del Proyecto Integral Morelos y el Tren Maya. A continuación, se amplía la información sobre estos dos países. Nicaragua: una izquierda en crisis

Desde el 18 de abril de 2018 inició un levantamiento ciudadano, una ‘revolución pacífica y popular’ en contra del régimen de Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosa Murillo, su esposa. Esta respuesta ciudadana generó un estallido que se evidenció en acciones policiales y en movimientos a favor del gobierno, lo cuales reprimieron a grupos de estudiantes y jubilados. El escalamiento de esto trajo como resultado la acción desmedida de grupos policiales y del ejército y, posteriormente, la consolidación de grupos a los que se les denominó paramilitares o fuerzas de seguridad del régimen, cuya intención era la represión y criminalización del movimiento social.

Según cifras de organizaciones como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hay más de 400 muertos y un amplio número de encarcelados, desaparecidos y secuestrados:

La crisis sociopolítica que se vive hoy en Nicaragua da cuenta de los excesos y las violaciones a los derechos humanos ejercidas por parte del gobierno, y también pone en la coyuntura el papel significativo de los movimientos y organizaciones sociales hoy y sus diversas reivindicaciones (Académica nicaragüense, 2019, s.p)

La masividad de la insurrección social desde entonces ha puesto en evidencia las demandas de democracia y justicia por parte del movimiento social, lo que a su vez ha visibilizado demandas como las del campesinado respecto a la construcción del canal interoceánico y el extractivismo, promovido por el gobierno de Ortega y las empresas transnacionales.

México: lo difuso de la izquierda

AMLO da inicio al despliegue de la Guardia Nacional Foto: Andres Rubio

Ahora bien, en el año 2018 fue electo Andrés Manuel López Obrador, del partido Morena, como presidente de México, con el mayor número de votos en la historia del país:

Las opiniones frente a este gobierno son múltiples y van desde el distanciamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional con el mismo, hasta las muchas críticas que se le han hecho a la aprobación de la Guardia Nacional como una nueva corporación militar que desde hace décadas se estaba intentando aprobar y no había logrado tener cabida, la cual está encargada de la seguridad pública, y que tiene presencia en las zonas fronterizas, con un despliegue de 25 mil hombres; esto con el objetivo de contener el traslado a través de México de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos de América (Académicos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2019, s.p).

Dentro del gabinete actual hacen presencia diversos personajes que provienen de la derecha, como Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia y miembro de Savia y Pulsar Internacional; estas últimas, empresas productoras de semillas transgénicas. En sus aciertos es posible encontrar programas sociales enfocados a  personas con discapacidad y a adultos mayores, así como becas para jóvenes estudiantes y el programa de “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Es importante destacar que hoy en día actores como las comunidades indígenas y campesinas llevan a cabo prácticas de resistencia frente a megaproyectos, principalmente en Oaxaca, Chiapas, Morelos y Yucatán.

Conclusiones

El contexto latinoamericano en la última década se caracterizó por el predominio de gobiernos de izquierda; sin embargo, la novedad actual reside en la emergencia de las derechas contemporáneas. Dentro de los factores que pueden brindar pistas sobre este cambio se hacen evidentes los casos de falta de transparencia en la gestión pública y corrupción, la relación establecida entre los gobiernos llamados de izquierda con empresas transnacionales extranjeras, lo que ha generado economías basadas en el extractivismo y limitaciones económicas en el manejo de lo público por parte de gobiernos progresistas que terminaron con crisis económicas, entre otras consecuencias.

La ‘derechización’ de diversos gobiernos latinoamericanos, sumado a la influencia de la presidencia de Donald Trump, genera un escenario muy particular en donde la derecha es claramente la protagonista dentro de la política internacional, que de una u otra manera tiene efectos sobre el caso colombiano. La migración masiva de población venezolana derivada de la crisis humanitaria; las tensiones con el gobierno cubano producto de la negativa de entregar a los negociadores de la guerrilla del ELN; la salida de Colombia de la Unasur y su participación en el Grupo de Lima; además de la reciente visita del presidente Duque a China, son situaciones que dejan mucho que pensar sobre la política exterior nacional. Lo que sí queda claro, después de un año de gobierno, es que la actual derecha colombiana es una mezcla de conservatismo recalcitrante y sectores terratenientes, que ven en los procesos democratizadores y modernizantes factores que ponen en riesgo sus privilegios.




Antropólogo con énfasis en cultura poder, y politólogo con énfasis en resolución de conflictos de la Pontificia Universidad Javeriana. Candidato a Magister en Sociología Política de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales- Ecuador. Dentro de sus temas de interés se encuentran: la sociología política, la antropología política, la etnografía del Estado y la ecología política. Investigador Cinep/Programa por la Paz, Equipo Gestión del Territorio Pacífico.

Historiadora con énfasis en historia política y económica y politóloga con énfasis en resolución de conflictos, Magistra en Estudios de Paz y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Javeriana. Dentro de sus temas de interés se encuentran: la historia política y social, la investigación para la paz y los estudios sociales de la memoria. Investigadora Cinep/Programa por la Paz, Equipo Iniciativas de Paz.