Internacional

Un año en Resistencia

EDICIÓN 112 SEP-DIC 2024

Se cumple poco más de un año desde que empezó esta etapa de la resistencia por la liberación de Palestina, como respuesta a los 76 años de ocupación y limpieza étnica en territorio palestino, por parte de las fuerzas sionistas. Sin embargo, los medios de comunicación masivos alegan que estos actos son la legítima defensa del ente colonial sionista, al tiempo que invisibilizan el terror al que están sometidos los palestinos.

La respuesta israelí a esta etapa de liberación, como siempre, es desproporcionada y genocida, con el agravante de que no hay quién someta a Israel, a cumplir las diferentes resoluciones emitidas por las Naciones Unidas, ni quién detenga su máquina de exterminio, la cual cuenta con el apoyo incondicional de los miembros de la OTAN.

Según las estadísticas de los servicios de sanidad en Gaza, se calculan más de 40 mil muertos a causa de la agresión indiscriminada israelí, pero pueden llegar a más de 200 mil, si tenemos en cuenta la cantidad de desaparecidos que estaría bajo los escombros de las edificaciones derribadas por los monstruosos bombardeos. Igual camino está padeciendo el Líbano, especialmente la población chiita que vive en Beirut, el Sur del Líbano y el Valle de la Becá. Israel no ha escatimado crueldad en bombardear áreas residenciales ni hospitalarias, incluso con armas prohibidas como el fósforo blanco, cometiendo, y a sabiendas, horrendos crímenes contra la humanidad.

Foto: Stichting Kifaia/Flickr.

Israel y sus aliados imperialistas, se proponen  en esta etapa destruir al eje de la resistencia en todas sus formas y relaciones, cueste lo que cueste. Por eso maneja un discurso de satanización contra ella, calificándola como terrorista y ajena a las sociedades palestina y libanesa.

Tardíamente, hace poco más de un mes, la Asamblea general de la ONU reconoció a Palestina como un miembro pleno, y la Corte Internacional de Justicia emitió un fallo inaudito, que ordena a Israel la desocupación de Gaza y Cisjordania antes de diciembre de 2025. Un plazo demasiado amplio, teniendo en cuenta la magnitud de la tragedia, que deja saldos alarmantes de más 16 mil menores de edad asesinados por los incesantes bombardeos. Esta  laxitud de tiempo, no solo preocupa enormemente, sino que facilita y hace inminente el exterminio de la población, so pretexto de destruir los grupos de la resistencia palestina.

El sionismo en general no solo representa a Israel, está también constituido por los grandes emporios socioeconómicos de Europa y Estados Unidos, quienes saben que, existiendo un Estado Palestino donde la resistencia es parte de su estructura, no va a ser manipulable y sometido a su vasallaje. Por otro lado, para el sionismo no es conveniente la solución de dos estados en una porción de territorio tan pequeña de 28.310 km², algo más que el área del departamento de Bolívar en Colombia. Desde 1967, cuando invadió Cisjordania, a la que ellos llaman Judea y Samaria, Israel ha seguido la ocupación ilegal, al introducir  colonos fanáticos religiosos, con la errada premisa de que están recuperando la tierra ancestral, basados en la narrativa Judaica que transcurre principalmente en lo que hoy es Cisjordania y que reconocer un estado palestino en el territorio conllevaría un costo político muy alto con su propia gente e iría resquebrajando la esencia del discurso sionista de segregación y supremacía. 

Una solución sensata sería un solo estado, democrático, laico y pluricultural, pero el proyecto sionista fue creado para un estado judío, bajo los parámetros supremacistas y de falsedad histórica. Ellos no llegaron como inmigrantes o refugiados, sino como colonizadores, así que un proyecto integrador y de igualdad, haría desaparecer la estructura sionista. En este orden de ideas, el problema es el sionismo, algo que los líderes mundiales no cuestionan, como si hubiera temor o estuvieran conectados también a los intereses económicos de esta ideología.

Bombardeos israelíes en Gaza. Foto: Koldo/Flickr.

El sionismo, representado por Israel en tierra palestina, tiene una estrategia expansionista, una forma de organización, carece de constitución política y no tiene establecidos unos límites fronterizos. La aterradora  campaña militar en Gaza, es un plan de limpieza étnica, con el fin de anexar esta franja de territorio y poner en marcha sus proyectos de un canal desde el mar Mediterráneo al mar rojo, explotar el gas en el área marítima de Gaza y materializar la venta de tierras en dicha franja a inversionistas de EE. UU. Todo ello, sin importarles el patrimonio cultural reconocido por la UNESCO que tiene este lugar.

Durante la historia de esta situación en las tierras árabes de Bilad al-Sham (Palestina, Siria, Líbano y Jordania), Israel no ha acatado ninguna de las resoluciones de la ONU frente a la ocupación ilegal y la extrema violencia que ha generado su presencia en esa tierra. Es frustrante para estos pueblos que no exista forma de parar con los abusos a los que se encuentran sometidos. Esto ha generado a lo largo del siglo XX y de lo que va del siglo XXI, la diáspora de millones de personas y la muerte de miles más, que en suma superan la pérdida de vidas en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Actualmente, el mundo es testigo de la injusticia y la falta de humanidad de un sistema colonial que incluso, utiliza y somete a su propia población a una vida plagada por la violencia y el odio étnico. Este sistema ha generado un segregacionismo que recuerda y supera al Apartheid sudafricano.  Son los pueblos del mundo los llamados a tomar conciencia de esta barbarie, y los obligados ética y moralmente a rechazar y denunciar el genocidio en curso. La historia ha demostrado que procesos coloniales como el sionista están destinados a su desmantelamiento. No se puede construir prosperidad y armonía sobre los restos de vidas inocentes. Los pueblos árabes tienen un sentido de identidad y pertenencia muy fuerte. No habrá maquinaria de guerra que pueda contra su voluntad y la resistencia continuará hasta conseguir la libertad.

Ariel Barrera-Haddad