106 / SEP-DIC 2022

La transición energética en el gobierno Petro

EDICIÓN 106 SEP-DIC 2022

Por: Diego Otero Prada

Uno de los puntos débiles del gobierno de Gustavo Petro es el de la transición energética, dada la serie de propuestas que ha hecho, tales como prohibir nuevos contratos para buscar petróleo y gas natural, y su énfasis exagerado en las energías renovables, provenientes del sol y del viento, como si Colombia fuera un país europeo.

La agricultura, el mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) en Colombia

Lo que se denomina agricultura en sentido amplio, se explicaba en 2018, según cifras del tercer informe bienal de actualización de cambio climático de Colombia (BUR3, por sus siglas en inglés, Biennal Update Report), corresponde al 55,59% del total de las emisiones de GEI (CO2, CH4 y N2O), 155.290 millones de toneladas de CO2 equivalentes, sobre las 279.199 del país.

Otra abreviatura que se utiliza es la de AFOLU, que en inglés significa Agriculture, Foresty and Other Land Use; esto es: agricultura, ganadería, forestación y otros usos del suelo.

La agricultura y el ganado explicaban el 20,0% de las emisiones nacionales; la fermentación entérica, que alude al metano que se genera durante la digestión de rumiantes y monogástricos, refleja el 15,2%, fundamentalmente del ganado bovino y algo de cerdos (cuadro 1).

La silvicultura y los otros usos de la tierra representan un 44,11%, que es casi en su totalidad deforestación, principalmente de pastizales y tierras forestales.

Se tiene entonces, que las emisiones de AFOLU son del 64,11%, pero al disminuirlas por las absorciones, es decir, aquellos factores que retienen el CO2, quedan en 55,59%.

Ahora, los residuos y desechos explicaban en 2018 las 20.474 toneladas de emisiones de CO2 equivalentes, a un 7,33% del total nacional; las emisiones en cemento y otros procesos que no son resultado de quema de combustibles eran del 3,78%, que, sumadas indican que el 66,7% de las emisiones de GEI en Colombia no tiene nada que ver con el sector energético.

Cuadro 1. Emisiones de GEI de los sectores agrícola, silvicultura y pesca en miles de toneladas de CO2 equivalente en 2018

Sector
Miles de toneladas
% Nacional
Agricultura y ganado
 55.897
 20,00
Fermentación estérica
 42.303
 15,2
Suelos gestionados (N2O directo e indirecto) y aplicación de urea (CO2)
 9.812
 3,5
Gestión estiércol
 2.953
 1,1
Cultivo de arroz
 829
 0,3
Silvicultura y otros usos de la tierra
123.169
 44,11
Pastizales
 59.957
 21,5
Tierras forestales
 54.484
 19,5
Tierras de cultivo
 5.653
 2,0
Humedales, asentamientos y otras tierras
 2.153
 0,8
Quema de biomasa
 922
 0,3
Subtotal
179.066
 64,11
Absorciones
 23.776
 8,52
Total
155.290
 55,6
Total emisiones nacional
279.199
100

Fuente: BUR3 Tercer informe bienal de actualización de cambio climático de Colombia.

Emisiones del sector energético en Colombia

El sector energético explicaba, en 2018, el 33,30% de las emisiones, en comparación con un 90% para los países desarrollados y un rango de 73-77% para el promedio mundial.

En el sector energético, las emisiones fugitivas de metano en oleoductos y gasoductos representaban el 3,28%, quedando propiamente para la utilización de combustibles en 30,02%.

De este 30,02%, 13,55% corresponden a transporte por el uso de gasolinas, diésel y gasolina de aviación. El consumo de gas natural, carbón y combustibles líquidos en los sectores industrial, residencial y comercial estaba en 7,22%, la mayor parte de gas natural.

La industria energética, que incluye producción de electricidad y calor, refinación de petróleos y fabricación de combustibles sólidos y otras industrias energéticas, representaba el 8,79%.

De este total, el sector eléctrico y calor equivalían a solamente el 2,97% de las emisiones, un porcentaje bastante bajo; de ahí que este sector no es ningún problema. Sorprende cómo las discusiones sobre el cambio climático en Colombia se concentran totalmente en la generación de energía eléctrica, perdiendo de vista que los verdaderos problemas están en la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca.

Ahora bien, la utilización de combustibles, gasolinas y diésel en el sector agrícola equivalía a apenas un 0,46%, el cual debe agregarse a las emisiones de los sectores agrícola, silvicultura y pesca, para un total de 56,05%.

El papel de las energías renovables

Actualmente, el sector eléctrico colombiano es uno de los mejores del mundo en cuanto a emisiones de GEI, dado el papel importante de la hidroelectricidad, que explica entre el 70 y el 80% de su generación, dependiendo del ciclo climático. De ahí que el problema colombiano de las emisiones no se encuentra en ello, al contrario de lo que dicen las ministras de Minas y Energía y del Medio Ambiente en sus reiteradas afirmaciones sobre los paneles solares y los aerogeneradores como solución a la transición energética.

Conviene precisar que las energías renovables no son solamente sol y viento, sino hidroelectricidad, nuestro mayor recurso energético, energía nuclear, biomasa y geotermia.

Por otra parte, 90% del petróleo se utiliza en el transporte, y eliminarlo para llegar a carros eléctricos o con hidrógeno tomará por lo menos de 40 a 50 años, por lo que se requiere ser autosuficientes en petróleo; de ahí que prohibir nuevos contratos de exploración es una política equivocada, algo que en ningún país del mundo se está planteando.

Es decir, la afirmación de voceros del Gobierno de que en 15 años no se utilizarán combustibles fósiles en Colombia no tiene ninguna razón de ser técnica, económica y social. Es una verdadera utopía sin sustento alguno.

Hay que trabajar los sectores de agricultura, ganadería y reforestación

Teniendo en cuenta el papel tan importante en las emisiones de GEI de los sectores de agricultura, ganadería y silvicultura es necesario tomar urgentemente medidas para reducirlas.

Por un lado, hay que trabajar en agroecología, es decir, una agricultura sostenible, que implica nuevas prácticas de cultivo, eliminar los productos como pesticidas, matamalezas y fertilizantes químicos e ir hacia fertilizantes orgánicos.

En ganadería, hay que hacer un manejo adecuado del estiércol, nuevas variedades del ganado y disminuir el consumo de ganado bovino.

En silvicultura hay que llevar a cabo un plan de reforestación agresivo, con la siembra de por lo menos 150 millones de árboles por año, además de contrarrestar la minería ilegal, el derrumbe de bosques y las actividades ilegales de venta de madera.

Conclusiones

El problema del cambio climático en Colombia tiene su razón de ser en los sectores de agricultura, ganadería, silvicultura y uso del suelo, con un porcentaje de 55,59% en comparación con el 33,30% para el sector energético, 7,33% para desechos y residuos, y 3,78% para procesos industriales como el del cemento.

Al agregar los gastos en combustibles para la agricultura, el procesamiento, transporte y empaque, se llega a casi 62% en la producción de alimentos.

Esto significa que en Colombia el problema del cambio climático está aquí y no en la generación de energía eléctrica; y en segundo lugar, en el sector transporte. Estas tienen que ser las prioridades.

Hay que trabajar, igualmente, en la adecuación al cambio climático por las emisiones mundiales de los países capitalistas desarrollados, las cuales nos están impactando gravemente.

Por supuesto, hay que tratar el sector energético, pero el problema está concentrado en el transporte, cuya descarbonización es un asunto de por lo menos 50 años.

El problema de Colombia no está en montar parques eólicos y solares, como erróneamente se repite por parte de unos ambientalistas. El no tener en cuenta esto hace tomar decisiones equivocadas.

Ahora, si bien, las energías solar y eólica sirven para regiones alejadas del sistema eléctrico, y se puede pensar en lo que se llama la revolución de los tejados, es decir, en colocar paneles solares en edificios y residencias, no por razones ambientales, sino porque resulta más barata esta energía utilizada individualmente, es importante considerar que esto no puede satisfacer todas las demandas y requiere apoyo del sistema nacional del sector eléctrico para dar firmeza al servicio.

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Diego Otero Prada

Ingeniero electricista de la Universidad de los Andes, con maestría y candidato al doctorado en Economía de la Universidad de Pensilvania, autor de múltiples publicaciones, la última Cambio climático y transición energética, Ex Subdirector del Departamento Nacional de Planeación, Exviceministro de Minas y Energía, Exdirector General del Institutito Colombiano de Energía Eléctrica, Asesor de Gobiernos de Latinoamérica en temas de energía y economía, Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica, ACECRI, Miembro de la junta directiva de la Academia de Ciencias Económicas.

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