104 / ENE-ABR 2022

Análisis de coyuntura político-económica de la realidad brasilera

EDICIÓN 104 ENE-ABR 2022

Por Adriano Luis Hahn, S.J.

Comprender la realidad actual de Brasil exige más que enumerar un conjunto de problemas ampliamente divulgados por los medios de comunicación, pues los hechos, en sí mismos, no explican las causas e interrelaciones del mundo social. Una narrativa de coyuntura requiere comprender la evolución del capitalismo en Brasil en los últimos años. Esto no significa que la realidad social pueda ser reducida al aspecto económico, pero ignorarlo es dejar de lado una dimensión de gran peso en las decisiones políticas del tiempo presente. Por eso, veremos a continuación 1) la trayectoria más reciente del capitalismo; 2) las políticas de mitigación de las consecuencias del neoliberalismo en los gobiernos anteriores; 3) el trípode macroeconómico de la actual política económica; 4) la vinculación de la economía brasilera a la deuda pública; 5) cómo el gobierno actual se sitúa ante esa coyuntura; y 6) propuestas que pueden “iluminar” una política económica más justa y más fraterna.

El capitalismo actual, en su forma liberal de economía financiera, está presente en casi todo el mundo, organizándose de manera casi autónoma, independientemente de nuestras voluntades individuales. Después de creado, el capitalismo hace que la sociedad sea rehén de sus reglas y de su lógica, y que los pocos beneficiados estén en constante lucha para no perder su estatus. Es una especie de juego en el que muchos participantes son obligados a seguir las reglas, a riesgo de unos ser excluidos, y otros, ocupar su lugar1Evitamos personalizar la cuestión de las desigualdades económicas, intentando comprender la lógica de un sistema que es mucho mayor que los individuos con sus particularidades..

Brasil vivió la época de industrialización más intensa hasta los años ochenta. Es la fase del capitalismo industrial, en la cual, el “grueso” de la economía giraba en torno a las inversiones en la producción. El capital era invertido creando productos, cuya venta generaba nuevo capital. Sin embargo, lentamente, a partir de la década de los noventa, y más intensamente en los últimos años, el capitalismo comenzó a distanciarse de la industria, volviéndose cada vez más hacia el capital especulativo o capital ficticio, e incluso, capital improductivo (Dowbor, 2017). En otros términos, Brasil se fue desindustrializando cada vez más, y los nuevos empresarios comenzaron a invertir en la bolsa de valores, en la compra de títulos, especialmente de la llamada deuda publica, que el propio gobierno colocó a disposición de los capitalistas. La lógica cambió: ya no había más capital invertido y reinvertido en la producción, sino capital produciendo capital; esto es, lucrando sobre títulos financieros, con más rapidez que en la propia industria.

Foto: Marc Veraart tomada de Flickr

Por tanto, esa forma de mercado o capital improductivo, asumió la hegemonía, aunque también surgen otras forma de mercado, que existen o “sobreviven” concomitantemente, como podemos ver, por ejemplo, en los centros urbanos. Por eso, cuando hablamos de mercado financiero no se trata de pequeños mercados o tiendas de esquina, sino de grandes escenarios digitales de intercambio de valores, que se mueven con un apretar de teclas, y a una velocidad sorprendente, posibilitada por los computadores más modernos.

Brasil ha seguido una política que atiende justamente a los intereses de los grupos inversionistas en títulos, esto es, de los que compran y venden deudas del gobierno, y de los bancos que se lucran en un alto porcentaje, recibiendo grandes cantidades a través del cobro de tasas de la deuda (amortización de las tasas), valor que compromete cerca de 39,08% del PIB (1,381 trillones)2https://auditoriacidada.org.br/conteudo/gastos-com-a-divida-publica-cresceram-33-em-2020/. Nunca hubo una auditoría pública de la deuda para ver lo que realmente es justo pagar. En otros términos, el problema de Brasil gira entorno de una lógica que retira una inmensa cantidad de recursos que podrían ser destinados para la educación, salud, creación de empleo, cuidado del medio ambiente, etc. Una auditoría podría proporcionar un análisis de todo el historial de la deuda.

El trípode macroeconómico está formado por el cambio flotante, la meta de inflación y la meta fiscal o responsabilidad fiscal. El cambio flotante significa que las fluctuaciones del dólar dependerán de la oferta y la demanda en el mercado financiero, y sin que medie allí, un control sistemático del gobierno. La meta de inflación, definida por el Consejo Monetario Nacional (CMN), es el preestablecimiento de un porcentaje o valor dentro del cual, el precio de los productos debería mantenerse. Finalmente, la meta fiscal o meta de superávit primario es la obligación de reservar un determinado valor para pagar los intereses de la deuda pública a los acreedores; es decir, pagar las tasas de interés de la deuda, y no la deuda propiamente dicha3Un excelente documental sobre el tema: Deuda pública brasilera – La soberanía en la cuerda floja – Documental de Carlos Pronzato. Se encuentra en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=aFzke1cCwUg. Acceso: 09 sep. 21. Sin entrar en minucias, fue la política neoliberal la que puso al país en función de los intereses de unos pocos, y no en función de la mayoría carente y empobrecida. El porcentaje de pago a los acreedores es casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Mucho podría hacerse, si ese dinero fuese invertido en educación, en infraestructura, en políticas sociales, en políticas de defensa del medio ambiente, en investigación, en salud, etc. Pero la pauta de discusión de una auditoría, parece olvidada, salvo por quienes trabajan y saben que ese modelo económico solo beneficia al mercado financiero, como bien lo afirma María Lucía Fattorelli (2019)4https://auditoriacidada.org.br/conteudo/o-dia-esse-modelo-atual-de-economia-so-beneficia-o-mercado-financeiro. Acceso: 09 feb. 22, Coordinadora de la Auditoría Ciudadana.

Esta política neoliberal, contrario a lo que algunos puedan pensar, fue mantenida, considerados los debidos tonos y matices, durante los gobiernos Lula y parte del gobierno Dilma. La deposición de esta última tuvo varios factores, pero una de las causas más relevantes (si no la más), según nuestra compresión, se debe al intento de la presidenta de mover el trípode macroeconómico; esto es, la “vaca sagrada” que nadie puede tocar, en el sentido de la ideología económica neoliberal. Todo ello, en un contexto histórico en el que el modelo neoliberal está en crisis en casi todos los países, pero en cual el Brasil insiste, como si dicho modelo fuese la solución. Dilma prefería nuevos desarrollismos, intentando retomar el proceso de industrialización del país, pero no contó con el apoyo de la base política5https://g1.globo.com/politica/blog/blog-do-camarotti/post/gestao-dilma-ja-estava-inviabilizada-por-falta-de-governabilidade.html ni de la mayoría de los empresarios que para entonces apostaban por el capital especulativo.

Foto: Roberto Stuckert Filho/PR tomada de Flickr

El gobierno actual sigue la lógica neoliberal en la persona del actual ministro de Economía, Paulo Guedes, sin adoptar una política de reducción de los efectos del neoliberalismo – pobreza, miseria, desigualdades sociales – , y en su lugar, apostando por el modelo en su vertiente más radical, que busca privatizar todo6https://congressoemfoco.uol.com.br/temas/economia/guedes-propoe-privatizar-tudo-e-desvincular-todas-as-despesas/. Acceso: 10 de feb. 22. Por tanto, no se puede pensar que haya una comprensión real de la cuestión por parte del Presidente de la Republica, pues su foco fue combatir un supuesto “comunismo”, como si fuese una amenaza7En total, hay 513 diputados en la Cámara, de los cuales apenas 47 (sumando PBS, PSOL y PCdoB) son miembros de partidos considerados de “izquierda” y que representan un poco más del 96 % de la bancada. Fuente: https://www.camara.leg.br/Internet/Deputado/bancada.asp. Acesso: 10 feb. 22. Con todo, hay quienes interpretan que el Presidente no tiene en mente un capitalismo organizado, sino una especie de “anarcocapitalismo”, donde las instituciones republicanas estarían cada vez más resquebrajadas, mientras que la democracia representativa, en su dimensión de la libertad de expresión y de la libertad económica, continuaría existiendo (Ghiraldelli, 2019). El escenario que vive Brasil es dramático para miles de desempleados, para la población más empobrecida, para los pueblos indígenas, para los que más necesitan de políticas públicas, y para el medio ambiente que es agredido constantemente, con registro de incendios8https://manauense.com.br/amazonas/apos-recordes-nosultimos-dois-anos-especialistas-preveem-avanco-maiordas-queimadas-em-2022-no-am/. Acesso: 17 feb. 22.

Para los próximos años, lo más probable es que se mantenga la política macroeconómica de corte liberal, pues no consta que haya alguna propuesta concreta y distinta9Y aunque existan, ellas generalmente no tienen espacio en los medios de comunicación hegemónicos.. Por tanto, puede ser que se intente disminuir los efectos negativos de esas políticas, pero no resolver el problema de raíz. En otros términos, seguiremos aún en la política neoliberal por un largo periodo, recogiendo los resultados nefastos de la desigualdad, del aumento de la miseria, del empobrecimiento, de la falta de recursos, del desempleo, etc., al tiempo que un grupo minúsculo estará concentrando riquezas y aumentando su patrimonio.

Uno de los mayores desafíos10Son varios los desafíos, pero parece que el mayor de ellos es político y económico, y consiste en encontrar uno o varios caminos viables para toda vida en el planeta, y que funcionen en la práctica. es construir una alternativa que funcione y esté permeada por la conquista de la democracia, y que por tanto, no tome el camino del populismo, del autoritarismo, del mesianismo, de la unilateralidad en las decisiones, de la concentración de poder en unos pocos personajes. El riesgo, de hecho, es salir de una trampa y caer en otra. Por eso, para un mundo más justo es necesario estar alerta frente a los mecanismos de opresión. Paulo Freire ya anunciaba el siguiente peligro: cuando el oprimido quiere ser opresor, él apenas cambia de lugar, pero no libera a nadie.

Foto: Felipe Werneck – Ascom / Ibama

Consideramos que la construcción de una nueva y mejor sociedad requiere de otro paradigma económico, y de una democracia que no sea solamente representativa, sino participativa; esto es, que permita que la población pueda participar en las decisiones más efectiva y frecuentemente. En este sentido, es importante crear y fortalecer mecanismos de consulta y escucha real al pueblo en sus necesidades, y apoyar formas de economía popular solidaria, ya probadas por sus resultados positivos. El afrontamiento de la deuda pública no podrá acontecer sin una auditoría, revisando el proceso de su creación. La política partidaria también necesitará cambiar de lógica: partir de propuestas colectivas de las comunidades y no de algo individual, en lo cual el protagonista es solamente el candidato o el político tradicional. Esto solo es posible si existen grupos que se organicen, discutan y debatan, sobre diversos problemas y soluciones en los diferentes barrios de las comunidades. De lo contrario, la unilateralidad en la política, el protagonismo de unos pocos, la falta de democracia participativa efectiva, continuarán.

La problemática socioambiental pide urgente atención, pues desviar o ignorar la cuestión es apenas postergar o dejar que la crisis se profundice, trayendo consigo amenazas cada vez más peligrosas e intensas, en contra de la sociedad, la economía, la agricultura, la salud, y la vida misma en la tierra. Una de la cuestiones directamente relacionadas es el modelo de agricultura hegemónica actual, o agronegocio. Los cambios climáticos, la violencia contra el medio ambiente, la violación de los derechos de los pueblos indígenas, y el sistema predatorio de extracción, claman por soluciones que impliquen cambios en el modelo de desarrollo económico, en el modo de extraer los recursos naturales, y en la forma de relacionarnos con la naturaleza, con la biodiversidad. Una cuestión preocupante es la liberación de diversos agrotóxicos – 562, entre los cuales, 33 son inéditos11https://g1.globo.com/economia/agronegocios/noticia/2022/01/18/apos-novo-recorde-brasil-encerra-2021-com-562-agrotoxicos-liberados-sendo-33-ineditos. ghtml. Acesso: 14 feb. 22.–, cuyos impactos a la salud humana, al suelo, a la naturaleza, deberían alertar a la sociedad de los riesgos y consecuencias de tales decisiones. Un debate abierto a la sociedad, fundamentado en estudios y datos concretos, es necesario en relación con el uso de agrotóxicos. La inversión en investigaciones que descubran nuevas formas agroecológicas para producir alimentos, sin el uso de agrotóxicos, podría ser uno de los caminos. Además de esto, ya existen modelos como la agricultura familiar, que deberían ser apoyados y fortalecidos, considerando toda la problemática de seguridad alimentaria.

La reforestación, basada en los conocimientos de cada región, considerando las especies nativas y escuchando las orientaciones de especialistas socioambientales, son otras propuestas interesantes para una nueva relación con el medio ambiente. Pensar o repensar la educación tecnológica, considerando la creación de tecnologías favorables al medio ambiente, tales como las energías renovables y las tecnologías inclusivas, que valorizarían la participación y el trabajo colectivo.

Foto: Mariano Mantel

Resulta de importancia contemplar las propuestas enumeradas, y otras que ya existen en varios lugares, como posibilidades o alternativas al modelo hegemónico. Conocer en pequeño, las cooperativas, las iniciativas de economía solidaria, los incipientes modelos de participación política, sirve de inspiración para construir algo que no esté basado en meras ideas, sino en experiencias concretas que funcionan.

Bibliografía

Dowbor, Ladislau (2017) A Era do Capital Improdutivo: A nova arquitetura do poder, sob dominação financeira, sequestro da democracia e destruição do planeta. São Paulo: Autonomia Literária.

Dowbor, Ladislau (2021). Pão nosso de cada dia: Opções econômicas para sair da crise. São Paulo: Autonomia Literária.

Fattorelli, Maria Lucia (25 de marzo de 2019). Esse modelo atual de economia só́ beneficia o mercado financeiro. En O Dia Entrevistas: auditoria cidadã̃ da divida. Brasília, DF. Disponible en: https://auditoriacidada.org.br/conteudo/o-dia-esse-modelo-atual-de-economia-só-beneficia-o-mercado-financeiro/

Freire, Paulo (2009). Pedagogia do Oprimido. 48. reimpr. São Paulo: Paz e Terra.

Ghirladelli Júnior, Paulo (2019). A filosofia explica Bolsonaro. São Paulo: Leya.

Foto portada: Agência Brasília

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Adriano Luis Hahn, S.J.

Magister en Ciencias Sociales. Es Asistente de Coordinación en el Servicio Amazónico de Acción, Reflexión y Educación Socioambiental – SARES. Trabaja en la misma institución con Educación Popular con énfasis en la educación socioambiental.

adrianolh@asav.org.br

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