Por: Diana Patricia Santana Jiménez
Los discursos de odio, la construcción de mensajes manipulando ideas y miradas de la realidad, la desinformación, sumado a las constantes amenazas que sufre el periodismo de investigación ante una realidad corrupta en tantos ámbitos, hace que la prensa también esté expuesta a este virus.
Los derechos humanos y la libertad de prensa tienen un lazo fundamental para exponer, hacer visible y reflexionar ante la realidad de nuestras sociedades, en especial, una tan contrastante y desigual como es la colombiana. Por ello las palabras del director general de la ONU, en relación a este problema mundial, ganan relevancia en este contexto: “La libertad de prensa es la base misma de la democracia y la justicia. Gracias a ella, tenemos todos los datos que necesitamos para formar nuestra opinión y decir la verdad a quienes están en el poder. Pero en todo el mundo, la libertad de prensa está bajo ataque”[1].
En 2022, 86 periodistas fueron asesinados fuera de zonas de guerra. Algunos de ellos atacados estando en sus casas junto a sus familias y una centena fueron agredidos o encarcelados. La impunidad ante esos hechos es un mensaje que pone en directo a la democracia y a la libertad de expresión, de allí que las organizaciones internacionales y las sociedades deban involucrarse. Develar la corrupción, destapar la delincuencia, denunciar las amenazas y la impunidad son parte del aporte del periodismo en defensa de los derechos humanos, sociales y ambientales.
El acoso y la amenaza son parte del día a día de lo que deben soportar más del 73% de los y las periodistas (3 mujeres sobre 4 casos) que trabajan para medios digitales, por lo que se han realizado diversos llamados de organizaciones y colectivos a reforzar la protección en las plataformas digitales. La Unesco, en un estudio de 2021, afirma que, del total de amenazas, el 20% de ellas termina por ataques reales contra la integridad de los comunicadores por su labor y en algunos casos se suma a factores misóginos.
Lo cierto es que el ejercicio del periodismo es más que nunca una labor necesaria ante los desafíos de la desinformación, pero ello debe ir en concordancia con un verdadero compromiso de los medios de comunicación comprometidos con la investigación. Internet ha permitido globalmente una amplia apertura a nuevos medios de información y de expresión, pero también son el amplio terreno a la diseminación de paparruchos, teorías del complot y promoción del miedo. Esto pone en riesgo el derecho a la información, y nos pone alertas ante la posición dominante de las empresas de gran capital financiero que cada día se adueñan de los grandes medios de comunicación.
La exigencia de líneas editoriales que respeten la ciudadanía, con una deontología comprometida con la verdad, es fundamental para reconocer medios promocionales de medios de información, que tienen fronteras cada vez más difusas y que convierten a la información en un verdadero privilegio. Las mentiras o verdades a medias son transmitidas más rápidamente que la verdad en este contexto global de la información digital, lo que siembra discordia y polarización. La información como bien público hace que debamos estar vigilantes ante la calidad de las políticas educativas para la formación de lectores y de la ciudadanía, y de contar con una veeduría ante los medios y la producción de información digital.
En entrevista sobre los riesgos que vive hoy el periodismo, Arthur Sulzberger, presidente y editor del New York Times, afirmó que es inquietante el impacto de las amenazas sobre la libertad de prensa a nivel mundial y la manera como pueden influenciar al multilateralismo. “Sin periodistas que puedan brindar novedades e informaciones confiables, estaremos asistiendo al debilitamiento de los lazos cívicos, a la erosión de las normas democráticas y al debilitamiento de la confianza en las instituciones y entre las personas”. Sobre la difusión de falsas noticias Sulzberger refiere a cómo “Internet también es el escenario de informaciones erróneas, propaganda, polémicas y luchas por los clics, que sumergen el ecosistema de la información, ahogando al periodismo de credibilidad y acelerando el declive de la confianza en la sociedad”.
Colombia, la erosión de la libertad de prensa y de la democracia
El Centro de Investigación y Educación Popular/ Programa por la Paz, Cinep/PPP, y su revista Cien Días, organizaron el pasado 29 de agosto un conversatorio titulado “La pugna por la verdad y la libertad de prensa”, el director de la publicación, Jorge Alberto Camacho, S.J. animó el debate, en el cual participaron la excomisionada y periodista Martha Ruíz, el profesor de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana Juan Samuel Santos, el integrante de la FLIP Daniel Chaparro y el periodista y activista por la paz Juan Camilo Caicedo.
En este enlace podrá ver la conversación:
https://www.youtube.com/live/qudHfDnv5e4?si=xCkxa5y3T0BTQKe2
[1]Guterres, A. (2 mayo 2023). La liberté de la presse, fondement de la démocratie et de la justice. Extracto del discurso presentado por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ántonio Guterres, en el día mundial de la prensa. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=KpQir87ttwI&embeds_referring_euri=https%3A%2F%2Fnews.un.org%2Ffr%2Fstory%2F2023%2F05%2F1134727&source_ve_path=OTY3MTQ&feature=emb_imp_woyt
Diana Patricia Santana Jiménez
PhD en Ciencias Sociales y Humanas, comunicadora social e investigadora en gubernamentalidad y subjetividad. Actualmente líder en Comunicaciones e Incidencia del Cinep/PPP.
Contacto: dsantana@cinep.org.co